

















Naturaleza + Arquitectura: es la Naturaleza misma del entorno de la Reserva Ecológica Natural la que define y hace al proyecto en sí y la Arquitectura es aquella que queda como nexo entre lo construido y lo natural. El edificio parte desde la idea de acercar a la gente y sus usuarios al contexto natural inmediato y que éste sea parte de los espacios que se generen en el mismo. Al ser un edificio público, hubo un fuerte interés por generar cierta fluidez en los espacios tanto interiores como exteriores, donde los límites entre ellos sean más bien virtuales y pueda convivir todo en un mismo lugar, definiéndose como una extensión del espacio urbano. El variado programa de este proyecto hace que éste se presente como una porción de ciudad dentro de un edificio, en donde se generan calles de circulación, con plazas en las perforaciones y patios naturales y “edificios” de programas. La idea es que se pueda transitar el edificio libremente, pasando de un programa a otro en su planta baja, teniendo que subir únicamente por necesidad hacia oficinas o talleres puntuales en una planta alta más reducida. La convivencia con lo natural se materializa como una naturaleza infiltrada en el edificio, que perfora la profunda planta en la que predomina su horizontalidad, dejando pasar a las especies locales como las históricas tipas, fresnos y eucaliptos tan preciados desde la reserva ecológica de Buenos Aires. A su vez, estas perforaciones aportan iluminación y ventilación natural a todos los espacios interiores, generando también pequeños ecosistemas naturales dentro del edificio, y purificación del aire interior, entre otros beneficios. A la hora de diseñar este proyecto fue muy importante lograr ciertos aspectos sustentables como ser la iluminación y ventilación cruzada naturales, un control solar que unifica y filtra los rayos más dañinos del sol a su vez de dar privacidad a oficinas en la planta alta, un sistema constructivo en seco de estructura metálica 100% reciclable, apto para grandes luces que favorece la flexibilidad de planta y re-significación de espacios a futuro y rápido montaje que reduce tiempos de obra y el gasto de energía que ello genera, y se remata con una cubierta verde que ofrece la posibilidad de captar agua de lluvia para riego u otros usos, además de reducir notablemente las temperaturas interiores del edificio y promover la continuación de la biodiversidad local. Queda así como resultado un edificio en donde predomina la convivencia en todo sentido: entre las personas, los programas, la edificación y la naturaleza local.